Os voy a contar una de tantas anécdotas que me han pasado en selección de personal. Me acordé de ella el otro día y la verdad es que no quiero dejar pasar la oportunidad de compartirla con vosotros.
Cuando vais a una entrevista de trabajo, tenéis que tener muy claro a lo que vais, es decir, queréis conseguir el puesto en cuestión.
Hace un par de años, estaba trabajando en una empresa de servicios donde el volumen de procesos de selección semanales era inmenso.
Un día, me cité con una señora para realizarle la entrevista. Os voy a transcribir la conversación que mantuvimos nada más saludarnos (dentro de lo que puedo recordar):
Señora: Hola, ¡ay! Tú eres de Sada (lugar de la provincia de A Coruña)
Yo: No, se equivoca. Soy de Coruña.
Señora: Que sí, que sí, que tú andas mucho por Sada
Yo: No, le aseguro que no. Voy muy de vez en cuando…
Señora: (mirándome fijamente) ¡Ay! Tienes razón. La chica a la que me recordabas se cuida mucho más, tiene la piel más hidratada y siempre va maquillada y muy mona.
¿¿¿¿?????? Y digo yo, ¿qué se responde ante esto, antes de hacer una entrevista? ¿No se da cuenta de que ha ido a conseguir un empleo en vez de a comentar mi tipo y estado de piel?
La verdad es que ahora lo pienso y me río, pero os aseguro que en ese momento me quedé alucinada!!!
Os preguntaréis si al final consiguió el empleo, pero en vez de responderos os lo pregunto a vosotros, ¿la hubierais contratado?
Consejo: cuando vayáis a una entrevista de trabajo, tened en cuenta que ante todo tenéis que ser profesionales. No vais a tomar una copa con un/a amigo/a, por muy distendida que sea la entrevista (no soy partidaria de las entrevistas bruscas…) Siempre va a haber dos roles: el entrevistador y el entrevistado. Sed vosotros mismos, pero omitir ciertos comentarios, nunca os perjudicará…XDDD
La becaria de RRHH
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